Con Alejandro Conza de Hídrika, Carola Saavedra y Micaela Crespo de Cámara de Industrias del Uruguay, y Adrián Bendelman de Global Water Partneship Sudamérica.
El impacto de las actividades humanas en el ambiente es cada vez más evidente. Paulatinamente, las personas han comenzado a asumir esta responsabilidad, y desde su lugar como consumidores plantean nuevas exigencias a los productores de bienes y servicios. Un ejemplo de esto, es el interés por conocer cuánta agua se utiliza para generar un producto, y cuáles son las medidas que se toman para reducir su consumo. Este es un nuevo desafío que enfrentan las empresas, y algunas de ellas buscan implementar acciones para la mejora de la eficiencia en el uso del recurso.
Un camino para lograr saber cuánta agua se utiliza en la producción, es medir su huella de agua. Les invitamos a conocer las miradas de expertas y expertos de Hídrika, Cámara de Industrias del Uruguay y Globlar Water Partnership Sudamérica sobre el tema.
Alejandro Conza
Hídrika
¿Qué beneficios tiene la aplicación de la norma internacional ISO
14046: “Gestión Ambiental- Huella de agua”?
La norma ISO 14046 es un gran instrumento; desde su lanzamiento en 2014 ha permitido estandarizar el proceso de evaluación de huella de agua en el contexto del análisis de ciclo de vida. ISO 14046 ha permitido catapultar la aplicación de la huella de agua como instrumento de gestión ambiental en muchas empresas, para evaluar impactos hídricos de la producción de bienes y servicios. Llegó rápidamente a Latinoamérica, donde incluso es norma técnica nacional en varios países.
¿Podría explicar el concepto de ciclo de vida en relación al uso de agua en los procesos productivos?
El análisis de ciclo de vida es un concepto muy similar al de construir una biografía o un árbol genealógico. Se basa en la búsqueda y registro de los orígenes de todos aquellos insumos que van a participar en la creación de un producto (inventario), así como los usos de agua
/energía/transporte/etc. que se requieren para el propio proceso de transformación. Ejemplo clásico es de la taza de café, en el cual, para evaluar huella de agua, debo reconocer en la contabilidad desde el nacimiento del grano del café hasta la energía utilizada para hervir el agua para su preparación. No quiere decir que debo hacer este enorme ejercicio para cada proceso, pues muchos de estos ya se encuentran estudiados, estandarizados regional/globalmente y registrados en bases de datos que podemos consultar.
A partir de su experiencia ¿cuáles son los principales desafíos que enfrentan las empresas que desean medir el uso que hacen del agua?
Hay que romper paradigmas. Las empresas inicialmente piensan que el
consumo de agua es solo el agua que ven ingresar a sus procesos productivos. El primer desafío es ampliar la visión de los usos e impactos que tenemos en los recursos hídricos, que también hay agua en la energía, en el transporte, en la materia prima, que también influye la cuenca en la que operamos y cual es el nivel de stress hídrico en ese espacio geográfico. El mayor desafío es darse cuenta que midiendo la huella de agua abrimos un panorama que antes no teníamos y que nos enfrentamos a un problema de gestión de los recursos hídricos que no es individual sino colectivo. Es entonces cuando realmente se toma acción.
Los desafíos del agua requieren acción. En el Perú se creó un mecanismo público-privado para promover que las empresas midan su huella de agua: se llama Certificado Azul. Este modelo busca que las empresas midan huella, pero que también la reduzcan con inversiones en mejora de eficiencia y calidad y, adicionalmente, hagan inversiones en su cuenca para que otros usuarios accedan a agua y la usen eficientemente. Este mecanismo ya ha sido transferido a Chile y otros países de la región han manifestado gran interés en aplicarlo.
Carola Saavedra - Micaela Crespo
Cámara de Industrias del Uruguay
¿Por qué la Cámara de Industrias del Uruguay decidió abordar la temática de huella de agua?
Desde la CIU abordamos el concepto de sostenibilidad desde varias iniciativas que acompañan a las industrias en el proceso de adaptación a las nuevas exigencias del mercado nacional e internacional.
Con nuestro trabajo de hace más de una década hemos logrado consolidarnos como un referente técnico en la relación entre industria y ambiente en diferentes temáticas relevantes para el sector. En este marco, contamos con un Sitio de Disposición Final para residuos sólidos industriales, un Plan de Gestión de Envases y por otra parte contamos con una Plataforma Industrial que constituye el primer mercado virtual de subproductos, residuos e infraestructura, fomentando la cooperación entre empresas, así como la innovación.
Considerando los aportes en materia de sostenibilidad y en la búsqueda de continuar apoyando a las empresas en esta línea, es que en el año 2021, de manera conjunta con la red internacional Global Water Partnership (GWP) Sudamérica, impulsamos la iniciativa piloto “Buenas Prácticas Azules” en la cual se trabajó con tres empresas, se desarrolló una metodología basada en la “UNIT-ISO 14046:2014” y se formaron expertos en la temática.
Asimismo, en el año 2022 apoyamos a otras 5 PYMES industriales a través de nuestro proyecto Impulsa Industria, cofinanciado por el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (INEFOP).
Actualmente, la crisis del agua es un riesgo muy relevante y desde el punto de vista productivo, el recurso hídrico es un insumo vital para muchos procesos industriales y comerciales. En este sentido, entendemos que es un tema para trabajar con las empresas con el fin de promover su uso y gestión de manera responsable y eficiente.
De esta forma, la oportunidad identificada, de construir un servicio de apoyo a las empresas para la medición de huella de agua de productos y procesos productivos, se logró abordar gracias a la cercanía y disposición a apoyar al sector privado por parte de GWP Sudamérica, poniendo a disposición financiamiento y acceso a experiencias de otros países de la región. En este marco, se construyó un espacio de trabajo compartido que permitió diseñar la hoja de ruta para la puesta en marcha del servicio Buenas Prácticas Azules durante los últimos dos años.
¿Qué posibilidades brinda la realización de esta práctica en pequeñas y medianas empresas de Uruguay?
Actualmente ha habido varios cambios en los consumidores, donde los mismos tienen un rol más activo a la hora de seleccionar los productos, contemplando cada vez más aspectos de responsabilidad social y ambiental. Por otra parte, los marcos regulatorios y también los incentivos del Estado en materia ambiental se encuentran emergiendo poco a poco.
Desde que comenzó Buenas Prácticas Azules se han sumado varias empresas de diferentes tamaños, en general fueron empresas que tenían dentro de su modelo de negocios la sostenibilidad como una línea transversal en su producción.
Desde la CIU entendemos que poder apoyar a las pequeñas y medianas empresas industriales a sortear y adaptarse a las nuevas exigencias del mercado local e internacional, es de gran relevancia dado que permite que vayan transitando este camino de manera progresiva. Por lo cual, la mejora en la eficiencia en el uso del recurso hídrico fortalece la competitividad y sobre todo la sostenibilidad de las empresas.
Pensando en el futuro de la industria ¿por qué considera que las empresas deben medir el uso que hacen del agua en sus procesos productivos?
Pensando en el futuro hay varios puntos a considerar, en primer lugar, el más relevante que es el riesgo de la escasez de agua dulce y las diferentes restricciones y medidas regulatorias que puedan tomarse al respecto.
Por otra parte, tal como mencionamos anteriormente, por la mejora en la eficiencia de la utilización de los recursos y reducciones de costos asociados.
Finalmente, por las mismas exigencias del mercado que en algunos casos ya se comienzan a manifestar en la mayor conciencia de los consumidores y también en la comunicación de las empresas.
Para la CIU es importante poder acompañar a las empresas en el camino a la sostenibilidad siempre trabajando de forma articulada, como los hemos realizado con GWP, generando sinergias y aprendizajes compartidos.
Adrián Bendelman
Global Water Partnership Sudamérica.
¿Por qué es importante para GWP Sudamérica trabajar con el sector privado en temas de agua?
GWP Sudamérica promueve un mayor involucramiento del sector privado en las acciones a favor del uso eficiente del agua, entendiendo que las empresas tienen un rol muy importante para contribuir con la adaptación, resiliencia y reducción del riesgo climático.
Es importante considerar el aumento de la población mundial en el último siglo, que provoca el aumento de la extracción de agua. Por eso es clave cuidar el agua cada vez más, teniendo en cuenta que el sector productivo usa más del 85% del agua dulce global (1).
En América Latina y el Caribe, el 99,5% de las empresas son PYMES (2), por eso GWP Sudamérica pone el foco en apoyar a este tipo de compañías, para que incorporen la gestión del agua en su estrategia corporativa.
¿Por qué se decidió trabajar el tema de huella de agua?
Medir la huella de agua permite continuar sensibilizando a la población y a las empresas, para lograr un cambio cultural en relación a este recurso, y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030 de Naciones Unidas.
La metodología fortalece la relación entre la producción de la empresa con los conceptos de uso, escasez y contaminación del agua, salud humana y calidad de los ecosistemas, y permite diseñar estrategias para reducir dichos potenciales impactos.
Vale la pena mencionar, que las acciones empresariales para el uso eficiente de agua se relacionan no sólo con metodologías de la medición de la huella de agua, sino con distintas estrategias como la economía circular del agua, el reúso del agua, la producción más limpia, la siembra y cosecha de agua, entre otras acciones que se conocen como soluciones basadas en la naturaleza (SbN).
A lo largo de los últimos años, GWP ha acumulado experiencia en el trabajo con el sector privado, desde las tres áreas de anclaje (resiliencia climática, ODS y cooperación hídrica transfronteriza), incluidos en la Estrategia 2020-2025 de GWP. Este plan se compromete a movilizar el compromiso del sector privado, hacia la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (GIRH).
La experiencia piloto que GWP Sudamérica viene llevando adelante en Uruguay en conjunto con la Cámara de Industrias del Uruguay, denominada “Buenas Prácticas Azules”, es un esfuerzo novedoso por poner sobre la mesa estos temas a nivel productivo.
A partir del proyecto piloto Buenas Prácticas Azules en Uruguay, ¿cómo se planifica el futuro de esta experiencia a nivel regional?
El siguiente paso implica generar alianzas y profundizar estos temas en la región. La experiencia de GWP Sudamérica y los aprendizajes recogidos, pueden servir de base para facilitar estos procesos a nivel del sector privado regional.
Esperamos lograr un mayor involucramiento de parte de este sector en temas de eficiencia hídrica, en conjunto con instituciones y organizaciones vinculadas al agua, e incrementar las capacidades técnicas en las empresas y actores del mercado. Esto permitirá el desarrollo de proyectos para fortalecer las acciones de mejora en el uso del agua y la sostenibilidad en el sector productivo de Sudamérica.
Fuente: GPW - Global Water Partnership - South America
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